El arquitecto Angelo Renna ha diseñado una "montaña esponjosa" artificial de 90 metros de altura, hecha para absorber CO2 en Turín, Italia. Formada a partir del suelo excavado en el sitio de construcción del túnel ferroviario que conecta la ciudad italiana con Lyon (Francia), la montaña tiene como objetivo mejorar la contaminación del aire a partir de una mezcla de arena y hormigón.
Combinando la idea de impacto ambiental con espacios para el ocio, la montaña de Renna crearía una nueva área de recreación en Turín para que el público haga ejercicio, se relaje o vea la ciudad. Con una superficie de 11 hectáreas, la montaña se elevaría por encima del paisaje urbano y brindaría vistas de Turín.
A través de una investigación multidisciplinaria, Renna cree que la montaña propuesta tiene la capacidad de capturar CO2 en forma inorgánica a una tasa de 85 toneladas por hectárea por año durante cinco años. En comparación con una hectárea de bosque lluvioso que absorbe 5 toneladas por hectárea por año, el proyecto podría crear un impacto significativo en la ciudad.